I told him i’ve been too fucking busy

…or viceversa !

Benditos pecadores.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Catarsis.

Hay situaciones en la vida, que me hacen acordar de manera subliminal a otras situaciones del pasado, que canalizan malas experiencias, o que le recuerdan a mi subconciente experiencias diversas. A eso le llamo CATARSIS. A sacar afuera toda la mierda de mi pasado, toda la porqueria que vengo guardando día tras día. La catarsis viene en forma de libros, casi siempre. A veces en forma de películas (ejemplo: La Huérfana). Pero esta vez, la encuentro en un libro particular. Un libro de 1500 páginas que leí a los 12 años, y que desde entonces no me puedo sacar de la cabeza. Es glorioso y a la vez estresante leerlo. Te consume la energía, pero a la vez, te sentís vivo. Caminas sin vida, volas. Ese sentimiento de regocijo infinito te acompaña mientras lloras. Porque es lo que hago cada vez que leo alguna parte. Lloro, lloro y no puedo parar de llorar. Ese libro tiene una parte de mi, YO se la dí. Y es un alivio. Me ayuda a drenar, a curar, a cerrar.
La entrada anterior es una parte de la novela, nadie podría entenderla jamás a menos que se los explique. Pero no es la idea. Y tampoco entiendo muy bien como un libro puede hacer todo esto. Cada día estoy más convencida de que Stephen King es el Jesucristo del siglo XXI. Al menos el mío.

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