Fue un camino, simplemente fue un camino.
Empezó hace 2 años, con un principio bizarro y lleno de promesas abstractas, siempre un amor abstracto. Continuó con un sinnúmero de altibajos, de algunos supe salir, y de otros no, me sacaron a la fuerza de un coma que yo misma elegí. Embriagada por tu perfume mentiroso, pero indudablemente dulce volví a caer. Así comencé a desangrarme y a perder todo vestigio de voluntad, a tu merced otra vez, atrapada en las garras de una ilusión transitoria, de una ilusión de gusto tan mágico. Miento si digo que me desperté por mis propias fuerzas, mucho fue gracias a tus propios esfuerzos por querer desagradarme, tratando de revolcarte cada vez más en una herida que no cerró jamás.
El dolor no me sirvió para nada. El dolor no es experiencia, el dolor son cicatrices a las que solemos llamar "memorias". Mi experiencia fue lo que luché para salir de la batalla. Esa batalla infructuosa de sentirme ALGO en tu vida. Sequé mis lagrimas y seguí adelante, con esperanza,
siempre con esperanza. Que la única lucha que se pierde es la que se abandona? entonces me declaro orgullosamente una perdedora, para qué luchar contra algo que jamás existió? Tontas frases hechas! Acá el único perdedor fue el que se dejó maldecir sin importarle, sin advertir que el mal que causaba producía un calor capaz de quemar al Sol, un frío capaz de partir el Polo, una ausencia capaz de hacerme sentir nadie... sin vos no era nadie!
El camino terminó. Crecí, aprendí, me deshice en un testimonio absolutamente verídico de lo que me hiciste sentir por tanto tiempo. Sin más reparos, me despido. Chau, amor. Hasta nunca.
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